sábado, 1 de mayo de 2010

Fernando Lugo. Estado de excepción y estado de decepción

Fernando Lugo. Estado de excepción y estado de decepción

Helmut Schmidt dijo en una oportunidad que tanto politicos como periodistas comparten el triste destino de tener que hablar hoy ya de cosas que hasta mañana no comprenderan totalmente, y tal parece haber ocurrido a la prensa que promocionó al cura Fernando Lugo, y a los partidos políticos que le brindaron un cheque en blanco para llegar a la presidencia del Paraguay.
El maestro del engaño, un cura presentado como apóstol del cambio y la conciencia social, hoy ha mostrado su rostro menos amable, y las víctimas propiciatorias han desayunado con que el prometido “cambio” es haber transformando a su pacífico país en un estado militarizado, pero sumido en el caos y la violencia.

TERRORISMO SE BURLA DEL ESTADO DE EXCEPCIÓN

A pesar de la declaración de estado de excepción por parte del cura Fernando Lugo, el terrorismo se sigue burlando de las autoridades y fuerzas del orden, esta vez con un espectacular atentado en una ciudad fronteriza con Brasil.
El senador paraguayo Roberto Acevedo, del oficialista Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), resultó herido en un atentado en su contra perpetrado en el norte del país y en el que murieron su escolta y su chofer.
Los hechos, que se producen a dos días de que el Congreso aprobara un estado de excepción en cinco provincias de Paraguay, ocurrieron en la localidad de Pedro Juan Caballero, ubicada 530 kilómetros al norte de la capital Asunción, en la frontera con Brasil, y donde operan grupos criminales diversos.
Hombres armados dispararon contra la camioneta en la que viajaba el legislador y causaron la muerte del custodio Richard Martínez y del chofer Floriano Alonso.
Acevedo, quien habría recibido amenazas de muerte, está internado en un hospital de Pedro Juan Caballero, capital del departamento de Amambay, al parecer sin heridas de gravedad, reportaron medios locales.
El senador fue gobernador de Amambay y su hermano, José, se desempeña como alcalde de Pedro Juan Caballero.
El atentado se produjo el mismo día en que el vice-presidente Federico Franco denunció que también teme por su vida, en el contexto de las amenazas lanzadas por el Ejército Popular Paraguayo, guerrilla integrada por varios ex aliados políticos del cura Fernando Lugo.

GOBIERNO DE LA PRENSA MEDIÁTICA
Durante su campaña proselitista Fernando Lugo juró que iría a defender los intereses de los olvidados y oprimidos, que daría voz a quienes no tienen voz, y que combatiría los privilegios. Hoy, en estado de decepción, vemos que ha sucedido todo lo contrario.
Una muestra de ello es que el gobierno paraguayo no sólo es burlado por los terroristas, también por los empresarios de la prensa mediática.
En este contexto, e débil y presionable gobierno del cura Fernando Lugo viene desarrollando una campaña contra los medios, aunque carente de convicción y empuje como para perturbar a los poderosos empresarios anti-comunistas que manejan la prensa del Paraguay.
En este sentido, se han impreso remeras y circulado impresos, así como realizado pintatas, con la leyende "ABC MIENTE", en alusión al diario más influyente de la capital paraguaya, vinculado al National Endowment For Democracia y la Secta Moon.
Sin embargo, la "campaña" resulta contradictoria, por cuanto el diario sigue siendo el principal rector del gobierno, al cual éste obedece sin titubear en todas sus campañas.
Por citar sólo algunos ejemplos de trascendencia:
1- El gobierno del cura Lugo pensaba comprar tierras del empresario brasileño Ulises Texeira, pero el negocio quedó trunco por las publicaciones de ABC color.
2- El diario ABC color también truncó la ley "Anti-inforcomf", que protegía a pequeños deudores de grandes usureros, movilizando a sus "expertos" para que "aconsejen" a través de sus páginas al gobierno a vetarla.
3- La denuncia de una supuesta campaña contra ABC color, realizada por el mismo diario, que afirmaba se distribuirían remeras con la leyenda "ABC MIENTE" en un mitín luguista, logró que los mismos se autocensuren y hagan desaparecer las prendas de sus actos.
4- La campaña anti-chavista de ABC color, diario vinculado a través de la SIP a todos los medios anti-bolivarianos de Latinoamérica, ha logrado distanciar al cura Lugo de Hugo Chávez, con quien no se reúne oficialmente desde hace largos meses.
5- La última y más resonante victoria de ABC color, la salida del favorito del cura, Camilo Soares, de la Secretaría de Emergencia Nacional, luego de una serie de notas publicadas en ABC color por el periodista Jorge Torres.

ESTADO DE DECEPCIÓN
La aventura del cura Fernando Lugo, el outsider que prometía convertirse en el nuevo fenómeno de la izquierda latinoamericana por obra y gracia de la izquierda chanta, sigue su inexorable camino al fracaso, acompañado de politiqueros que no tienen suficientes reflejos políticos como para advertir su derrotero, y por dirigentes sin suficiente densidad intelectual como para advertir que no existen motivos ideológicos ni pragmáticos para adherirse a un fiasco cada vez más notorio.

Acostado en un mar de decepciones, el cura autista insiste en sus premisas quizás sin saber que apenas si ya constituye una piltrafa humana, una sombra de lo que fue. Sus vanas promesas hoy se han convertido en una realidad de violencia, terror, desgobierno, desilusión.

Mas que nunca en el Paraguay de hoy y su gobierno, podemos comprobar en carne propia lo que afirmaba Jean Le Rond D’Alembert, cuando decía que la guerra es el arte de destruir hombres, la política es el arte de engañarlos.

miércoles 28 de abril de 2010
La guerrilla, el estado de sitio y la ideología del pasado
Decía un historiador que del Paraguay pueden decirse muchas cosas, menos que es un país aburrido. Lo que para él era halago, Monstesquiu señalaba como desmérito de los pueblos infelices. “Feliz el pueblo cuya historia se lee con aburrimiento” sentenciaba el escritor y político francés del siglo XVIII. Lo peor de todo es que a pesar de tener una historia bastante entretenida de leer, la paraguaya no cuenta con buenos lectores entre sus líderes políticos, y menos aún entre sus actuales autoridades.
ESTADO DE SITIO
Ortega y Gasset decía que un historiador es un profeta con la mirada al revés, algo que en Paraguay sólo puede conducir a realizar negros vaticinios. El estado de sitio (hoy eufemísticamente denominado “de excepción”) tiene una triste memoria en el Paraguay.

El dictador Alfredo Stroessner gobernó por tres décadas con la medida vigente, y aunque no sea muy difundido, lo mismo habían hecho anteriormente muchos de los gobiernos del Partido Liberal.

El gobierno del presidente liberal José P. Guggiari , quien gobernó el Paraguay entre 1928 y 1932, se acercó al récord del dictador Stroessner, dado que no pasaban dos semanas sin decretar la medida en algún punto del Paraguay. No podría decirse que le faltaran motivos de desconfianza: se trata del mismo personaje bajo cuyo gobierno una manifestación patriótica fue ametrallada desde la misma sede de gobierno por su guardia pretoriana, en un incidente criminal digno de la matanza de Amritsar.
El presidente Fernando Lugo promulgó la ley de estado de excepción para cinco departamentos del norte del país, que fue aprobado este fin de semana por la cámara de Senadores. La medida regirá por 30 días en las gobernaciones de Amambay, San Pedro, Alto Paraguay, Presidente Hayes y Concepción.
La medida se tomó a raíz de la muerte de tres peones y un policía en la zona de Arroyito, Concepción. Los presuntos autores serían miembros de un grupo guerrillero integrado por viejos aliados políticos del cura Fernando Lugo, el Ejército Popular Paraguayo ( EPP).

ASESTANDO GOLPES A LA DEMOCRACIA
Para algunos suspicaces, la declaración de estado de excepción en el Paraguay sería una nueva jugada sucia del cura con hijos, Fernando Lugo, quien así “está tratando de demostrar que la democracia representativa no sirve”.
El ex presidente de la República, Nicanor Duarte Frutos, acusó al presidente Fernando Lugo de solicitar el estado de excepción para menoscabar el sistema de democracia representativa vigente y sustituirlo por el sistema participativo. Señaló además que el primer mandatario es el único culpable de la inseguridad del país por su inoperancia y porque es cómplice de los integrantes del EPP.
“El estado de excepción es la demostración de que la democracia representativa no sirve, eso es lo que Lugo está tratando de demostrar, que la democracia representativa o burguesa como dicen ellos, no sirve para frenar la inseguridad”, afirmó en declaraciones a un escuchado programa radial.
Agregó que el culpable de la inseguridad no es el sistema de gobierno, sino el presidente Lugo, “y no es que no sirva (la democracia representativa), lo que no sirve es la conducción de la seguridad interna del país, el que no sirve es el presidente Lugo, que no se anima a jugar fuerte este partido contra quienes fueron sus prohijados”, disparó.
No obstante, dijo de que el titular del Ejecutivo no decretó el estado de excepción y delegó esta responsabilidad al Parlamento, para no parecer un líder de derecha y quedar bien con la izquierda chanta que lo publicitó. Indicó que con ello también pretende responsabilizar a los legisladores de las posibles violaciones a los derechos humanos que puedan cometerse durante el operativo.
Entretanto, sostuvo que el ministro del Interior, Rafael Filizzola, está tratando de justificar “su inutilidad”, culpando de su ineficacia a los gobiernos anteriores, pero que durante su gobierno se atraparon a los principales líderes del Ejército Paraguayo del Pueblo que, sin embargo, recién se proclamó como un grupo armado durante el gobierno de la Alianza Patriótica para el Cambio.
Además se burló de que las fuerzas de seguridad del Gobierno no puedan atrapar a un grupo pequeño como el del EPP. “Provocan un estado de excepción quince o veinte tipos, uno de ellos herido en el monte, acorralado, y provocan un estado de excepción como si fuera que hay un rebasamiento de las fuerzas policiales en los cinco departamentos y aquí no hay un rebasamiento, aquí lo que hay es una inoperancia, falta de coordinación, despilfarro, promiscuidad en el manejo de la administración interna”, se quejó.

EL PASADO COMO IDEOLOGÍA
Karl Marx, devoto de la diosa historia, decía que los seres humanos hacen su propia historia, aunque bajo circunstancias influidas por el pasado. El gobierno del cura Fernando Lugo, intenta ir más lejos, e intenta convertir al pasado en una ideología justificativa de sus desaciertos y falacias.

Lejos del espíritu autocrítico reclamado, los burócratas del gobierno arzobispal del Paraguay no cesan de buscar en el pasado las causas de sus propios errores y falencias.

“Esto lo heredamos de los gobiernos anteriores” fue la reiterativa respuesta del ministro del interior Rafael Filizzola ante los reproches ciudadanos, olvidando que la única obligación asumida ante la historia por su parte, como decía Oscar Wilde, debería ser reescribirla.

Algo parecido hacían los gobiernos del Partido Colorado, durante las largas décadas que detentaron el poder, echando la responsabilidad de todos los males del Paraguay a sus antecesores del Partido Liberal.

Todo lo cual nos recuerda la sentencia del ensayista inglés Aldous Huxley, quien afirmaba que quizá la más grande lección de la historia es que nadie aprendió las lecciones de la historia.

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